viernes, 14 de junio de 2013

“Padre, yo no rezo por el mundo”

image«Padre, yo no rezo por el mundo, rezo por los que me has dado, porque Tuyos son». Estas palabras pronunciadas por Jesús en «la oración sacerdotal», revelan que incluso él no rezaba por todos los humanos, sólo por aquéllos que Dios le había confiado. Sin embargo, en el mismo Evangelio está escrito: «Dios amó tanto al mundo que le entregó a su único hijo para que todo el que crea en él no muera, sino que tenga vida
eterna».
Estos dos pasajes de los Evangelios pueden parecer contradictorios pero no lo son: Jesús oraba por sus discípulos y ellos, con Jesús, oraban y trabajaban para el mundo. Porque para ayudar al mundo, primero es necesario que haya un núcleo poderoso que constituya una fuerza. En un principio, Jesús concentró su trabajo sobre sí mismo y sus discípulos. Después, los discípulos partieron por todo el mundo para comunicar la fuerza contenida en el núcleo que habían formado. “
Omraam Mikhaël Aïvanhov

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