jueves, 19 de julio de 2012

Palabras de Krishnamurti




                  KRISHNAMURTI4

El espejo de las relaciones

La relación es el espejo donde nos vemos a nosotros mismos, tal y como somos. (Krishnamurti)

El amor no es pensamiento, no es deseo ni placer, el amor no es una interacción de imágenes. Mientras tengamos una imagen del otro, no hay amor.( Krishnamurti)

En 1985, Krishnamurti dijo:

“Al igual que uno observa en el espejo su rostro, observa sus reacciones sin distorsión alguna” y esto sólo puede hacerse en la relación con otro. La relación es entonces el espejo en el que podemos vernos tal como somos, si nos miramos en el espejo de la relación

La vida es un movimiento de relación. Dos personas que viven juntas, quizás se encuentren en la cama, pero… por lo demás llevan vidas con intereses distintos. Son como dos líneas paralelas que no se entrecruzan nunca. Y a esto, en lo que no existe un verdadero sentimiento de amor, lo llamamos relación.

¿Cómo es que los seres humanos con sus extraordinarias capacidades y su energía, con la inteligencia que han demostrado en el plano tecnológico, no han sabido resolver esta cuestión, este problema tan esencial?

Ya puede uno meditar, dedicar su vida a la búsqueda de la iluminación, seguir al último gurú o última manifestación de lo que quiera que uno siga, si uno no ha resuelto este problema, ninguno de sus logros espirituales, ni hallazgos tecnológicos, le servirá de nada.

Porque nuestra vida es relación y mientras no resolvamos esta cuestión básica de la realidad, que en la actualidad nos aísla a unos de otros, ese aislamiento inevitablemente, engendrará toda clase de desdicha, confusión, odio e ira.

Debemos preguntarnos por tanto, si es posible entablar una relación en la que no haya ni la más leve sombra de conflicto.

© Krishnamurti Foundation Trust, 1974

Conocerse a uno mismo [10/02/2009]

E: Señor, ¿cómo podemos conocernos a nosotros mismos?
K: Es una buena pregunta. Escuche con atención. ¿Cómo conoce usted el aspecto que tiene? ¿Comprende mi pregunta? Usted se mira al espejo por primera vez, y después de unos pocos días, o unas pocas semanas, vuelve a mirarse y dice: «Ese soy yo nuevamente». ¿De acuerdo? Así es que, mediante el mirarse cada día al espejo, usted empieza a conocer su cara y dice: «Ese soy yo».
Bien, ¿puede, de igual manera, conocer lo que usted es mediante el observarse a sí mismo? ¿Puede observar sus gestos, la manera en que camina, cómo habla, cómo se comporta; si es duro, cruel, grosero, paciente? Entonces empieza a conocerse. Usted se conoce a sí mismo observándose en el espejo de lo que hace, de lo que piensa, de lo que siente. Ése es el espejo: el sentir, el hacer, el pensar; y en ese espejo, usted comienza a observarse. Ahora bien, si el espejo dice: «Éste es el hecho» pero a usted no le agrada el hecho y quiere modificarlo, empezará usted a deformar el hecho y no lo verá tal como es.

Como dije el otro día, uno aprende cuando hay atención y silencio. El aprender tiene lugar cuando usted se halla en silencio y concede su atención completa. En ese estado comienza a aprender.
Ahora permanezca en silencio, no porque yo se lo pida, sino porque ése es el modo de aprender. Esté en silencio y en completa calma, no sólo en el aspecto físico, no sólo en su cuerpo, sino también en su mente; permanezca muy silencioso, y entonces, en ese silencio, atienda.
Atienda a los sonidos que hay fuera de este edificio: el canto del gallo, los pájaros, alguien que tose, alguien que se despide; escuche primero las cosas que están fuera de usted, y luego escuche lo que está pasando dentro de su mente. Y en ese silencio verá, si escucha muy atentamente, que el sonido externo y el sonido interno son una misma cosa.

© Krishnamurti Foundation Trust, 1974

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