Si durante el día estás alerta, si estás atento a todos tus movimientos, a todo lo que piensas, a todo lo que dices, a tus gestos (cómo te sientas, cómo caminas, cómo hablas) si estás atento a tus respuestas, entonces todas las cosas ocultas salen a la luz muy fácilmente. En ese estado de atención lúcido, despierto, todo es puesto al descubierto.
A e
sto se le llama el estar consciente.
La mayoría de nosotros estamos inatentos. Darse cuenta de esa inatención, ya es atención, ya tomas conciencia de que estamos inatentos.
La meditación no consiste en retirarse a un monasterio o encerrarse en una habitación sentándose quietamente por diez minutos o una hora en un intento de concentrarse para aprender a meditar, NO...
Para percibir la verdad, uno debe poseer una mente muy aguda, clara y precisa. No una mente astuta, torturada, sino una mente capaz de mirar sin distorsión alguna, una mente inocente y vulnerable.
Tampoco puede percibir la verdad una mente llena de conocimientos. Sólo puede hacerlo una mente que posee completa capacidad de aprender. Y también es necesario que la mente y el cuerpo sean altamente sensibles. Con un cuerpo pesado, cargado de comida y excesos, no se puede tratar de meditar. Por lo tanto, la mente debe estar muy despierta, sensible e inteligente.
Krishnamurti
La mayoría de nosotros estamos inatentos. Darse cuenta de esa inatención, ya es atención, ya tomas conciencia de que estamos inatentos.
La meditación no consiste en retirarse a un monasterio o encerrarse en una habitación sentándose quietamente por diez minutos o una hora en un intento de concentrarse para aprender a meditar, NO...
Para percibir la verdad, uno debe poseer una mente muy aguda, clara y precisa. No una mente astuta, torturada, sino una mente capaz de mirar sin distorsión alguna, una mente inocente y vulnerable.
Tampoco puede percibir la verdad una mente llena de conocimientos. Sólo puede hacerlo una mente que posee completa capacidad de aprender. Y también es necesario que la mente y el cuerpo sean altamente sensibles. Con un cuerpo pesado, cargado de comida y excesos, no se puede tratar de meditar. Por lo tanto, la mente debe estar muy despierta, sensible e inteligente.
Krishnamurti
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