viernes, 23 de diciembre de 2011

"Hace muchos, cientos de años, un viejo indio de una tribu Navajo me contó esta historia:

 
- La vida... me dijo, es eterna, pero la vida no es lo que vosotros creéis.
La vida no se limita a vuestros "seres vivos".
 
La vida es TODO lo que hay.
 
Todo lo visible e invisible. La materia y la antimateria, lo manifestado y lo no manifestado,
lo que imagináis malo y lo que imagináis bueno, lo que imaginasteis y
lo que aún no habéis imaginado,
la oscuridad y la luz,
todo y nada.
 
La vida rige con poder absoluto todo cuanto hay y no hay.
Potencia a los que lo reconocen y a los que no y, lo más importante,
su capacidad de computación es infinita, universal y de
proporciones más que cósmicas.
 
Pero la vida, añadió...
Es como una gran tela, una trama que como tal, hace de su tejido una
forma capaz de adoptar infinitas formas y ocultar infinitas otras. Una trama
que, como tal, está tejida de miles de hilos, entrecruzados, ordenados,
aparentes y sin embargo débiles por sí mismos.
La capacidad y potencial de esos hilos para tejer una tela resistente,
radica en su disposición a colocarse de acuerdo con su forma o matriz.
Matriz que crean dichos hilos a
su antojo y conveniencia.
 
Así que tu, uno de esos hilos has de saber algo:
Tu potencial es infinito, pero tu debilidad también.
Tu capacidad para obrar es infinita y las formas que dispongas ayudarán a
disponer la trama de ese tejido.
 
Pero ten en cuenta una cosa:
Esa tela que tu creas es tu libertad y tu prisión, tu causa y tu consecuencia,
tu felicidad y tu sufrimiento.
Cada forma que trences afectará a su tejido y cada tejido que forme
te afectará a ti, porque, en realidad
tu ni eres esa tela.
 
Eres TODO y todo tendrás.
No trences con otros hilos algo que haga sino lo que tu quieres que esa tela sea.
No te resistas a ser trenzado con otros hilos que hagan
lo que ellos esperan que esa tela sea.
 
Pero ante todo UNETE a todos y cada uno de ellos porque estás atado
a ellos y eres libre de tejerlos y trenzarlos
como vosotros queráis.
 
Una última cosa.
En unos cuantos años, tejeréis una afición, una pasión, un sentimiento y su fruto nacerá de esos precisos elementos elegidos, afición, pasión y sentimiento.
La afición, pasión y sentimiento se convertirán en afición, pasión y sentimiento...
 
Y no dejarán a ningún hilo sin aficionarse a la afición,
apasionarse por la pasión y
sentir sus sentimientos.
 
Lo llamareis como elijáis pero, llegado ese día... yo te encomiendo a una
única afición, a una única pasión, a un único sentimiento.
 
 
Trenza los tuyos y vive con ellos.No podrás evitar lo que has creado."

No hay comentarios:

Publicar un comentario