jueves, 4 de julio de 2013

LIBERAR LAS EMOCIONES SUMERGIÉNDOTE EN EL PROPIO NÚCLEO DE LA EMOCIÓN





Es otra manera de liberar emociones. Esta técnica es muy utilizada por los Budistas.
La experiencia de liberarse mediante la inmersión es diferente a los procesos anteriores publicados. 
En primer lugar, no es recomendable intentar sumergirte mientras hagas otra cosa, funciona mucho mejor cuando te tomas tu tiempo para centrarte en tu interior, y cuando mejor funciona es cuando estás en contacto con un sentimiento más fuerte. 

Esto es lo que puedes experimentar: recibes una noticia que te afecta. Empiezas a experimentar una fuerte sensación de miedo o pena, y tienes ocasión de tomarte unos minutos para liberarte. Siéntate, cierra los ojos y relájate ante el sentimiento lo mejor que puedas, luego, hazte estas preguntas:

-“¿Qué hay en el núcleo de este sentimiento?”
-“¿Podría permitirme adentrarme conscientemente en ese núcleo?”
-“¿Podría permitirme sumergirme en él?”

Te puedes imaginar a ti mismo sumergiéndote en el centro del sentimiento o puedes encontrarte con que sólo sientes qué hay en ese núcleo.
Una vez que empieces a profundizar, es posible que experimentes diversas imágenes y sensaciones. También puedes observar que el sentimiento se intensifica temporalmente. Así que pregúntate: “¿Podría profundizar aún más?”
Anímate a descender a mayores profundidades, más allá de cualquier imagen, sensación o historia que te puedas contar sobre ese sentimiento.
Llegarás en un punto en que algo revienta en tu interior (como una pompa de jabón que estalla), o quizás observes que ya no puedes profundizar más.
Sabrás que has llegado al núcleo cuando tengas el espíritu tranquilo y sientas paz interior. Hasta puedes verte bañado por una luz interior o rodeado de un vacío y un silencio agradables y cálidos.
Recuerda que si el sentimiento sigue siendo fuerte o se ha intensificado, es que no has llegado al núcleo.

Todos los sentimientos, excepto el de la paz, están en la superficie.
Muchos evitamos sumergirnos en el sentimiento porque tenemos miedo de perdernos o de que empeore, sin embargo, si realmente consigues traspasar la superficie y llegar al núcleo, descubrirás que no hay nada más lejos de la verdad.
Todo sentimiento, por traumático que sea, tiene poca sustancia, sólo está en la superficie. Lo que en realidad hay en el interior es el amor.

Del libro “El método Sedona”

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