La necesidad de pensar claramente y eliminar pensamientos ociosos, destructores y negativos, aumenta cuando el aspirante progresa en su camino. Cuando se va acrecentando el poder de la mente y el ser humano distingue su pensamiento del pensamiento de la masa, inevitablemente construye formas de sustancia mental. Al principio lo hace automática e inconsciente¬mente. No puede evitarlo y, afortunadamente, para bien de la raza, las formas construidas, por ser tan débiles, la mayor parte son inocuas o están muy de acuerdo con los pensamientos de las masas que sus efectos son insignificantes. Pero a medida que el hombre desarrolla su poder, se acrecienta su capacidad de dañar o de ayudar, y a menos que aprenda a construir adecuadamente y a darle un móvil correcto a lo construido, se convertirá en un agente destructor y en un centro de fuerza maligna destruyendo y dañándose no solamente a sí mismo, como pronto veremos, sino también a quienes vibran en su nota.
Al admitir todo esto, cabe preguntarse: ¿Hay alguna regla simple que el neófito sensato y sincero pudiera aplicar a esta ciencia de construcción, y tan clara y concisa que produzca el efecto necesario? Las hay, y las estableceré tan sencillamente que el principiante podrá, si las sigue, eludir los peligros de la magia negra y aprender a construir de acuerdo con el plan. Si sigue las reglas que doy, evitará el intrincado problema que él mismo ha construido ciegamente y que en verdad impide la entrada de la luz del día, oscurece su mundo y lo aprisiona dentro de un muro de formas que son para él su propia gran ilusión.
Esta reglas quizás le parezcan demasiado sencillas al aspirante entre¬nado, pero para quienes están dispuestos a volver a ser niños, encontrarán que son una guía segura hacia la verdad y oportunamente les permitirá pasar las pruebas para el adeptado. Algunas están expresadas en términos simbólicos, otras necesariamente veladas, y aún otras expresan la verdad tal como es:
Observa el mundo del pensamiento y separa lo falso de lo verdadero.
Aprende el significado de la ilusión, y en su centro localiza el cordón dorado de la verdad.
Controla el cuerpo emocional, porque las olas que surgen en los mares tempestuosos de la vida engolfa al nadador, impiden la luz del sol e inutilizan todos los planes.
Descubre que posees una mente y aprende su uso dual.
Concentra el principio pensante y sé el maestro de tu mundo mental.
Aprende que el pensador y su pensamiento y lo que constituye el medio del pensamiento, son diversos en su naturaleza, y sin embargo uno en la realidad última.
Actúa como el pensador y aprende que no es correcto prostituir tus pensamientos en el vil deseo separatista.
La energía del pensamiento es para bien de todos y para la ayuda del Plan de Dios. Por lo tanto no la utilices para fines egoístas.
Antes que una forma mental sea construida por ti, visualiza su propósito, asegura su meta y verifica su móvil.
Para ti, aspirante en el camino de la vida, el camino de construcción consciente no es aún la meta. El trabajo de limpiar la atmósfera del pensamiento, cerrar para siempre las puertas al odio, al dolor, al temor, a los celos y a los bajos deseos, debe preceder al trabajo consciente de construcción. Cuida tu aura, oh caminante en el sendero.
Vigila atento los portales de¡ pensamiento. Guárdate del deseo. Elimina todo temor, todo odio, toda codicia. Mira afuera y arriba.
Porque tu vida está principalmente centralizada en el plano de la vida concreta, tus palabras y tu lenguaje indican tu pensamiento. Presta a éstos cuidadosa atención.
Las palabras son de tres tipos. Las palabras vanas producirán su efecto cada una. Si son buenas y amables, nada necesita hacerse. De lo contrario el pago del precio no demorará mucho.
Las palabras egoístas, emitidas con gran intención, construyen un muro de separación. Largo tiempo requiere la destrucción de ese muro para liberar el propósito egoísta acumulado. Reflexiona sobre tu móvil y trata de emplear esas palabras que fusionen tu pequeña vida con el gran propósito de la voluntad de Dios.
La palabra de odio, la expresión cruel que arruina a quienes sienten su conjuro, la habladuría ponzoñosa que va de boca en boca porque causa una emoción, matan los impulsos vacilantes del alma, cortan las raíces de la vida y traen la muerte.
Si son pronunciadas a la luz del día, traerán justa retribución: dichas y registradas como mentiras, refuerzan ese mundo ilusorio en que vive quien habla, y detienen su liberación.
Si se pronuncian con la intención de herir, dañar y matar, vuelven al que las ha emitido y lo hieren y matan.
El pensamiento vano, egoísta, cruel y de odio, expresado en palabras, produce una prisión, envenena todas las fuentes de vida, provoca enfermedad y causa desastres y demora. En consecuencia, sé amable, bondadoso y bueno, dentro de tus posibilidades. Guarda silencio y la luz entrará en ti.
No hables de ti mismo. No te compadezcas de tu suerte. Los pensamientos del ego y de tu destino inferior impiden que la voz interna de tu propia alma suene en tu oído. Habla del alma; trata de explayarte. sobre el plan; olvídate de ti mismo construyendo para el mundo. Así se neutraliza la ley de la forma. Así la ley del amor puede entrar en ese mundo.
Estas simples reglas son las bases correctas para llevar adelante el trabajo mágico,y harán al cuerpo mental tan claro y poderoso que el correcto móvil controlará, y el verdadero trabajo de construcción será posible.
Fuente: https://sites.google.com/site/tallerdeiching/investigacion/frases-y-pensamientos-de-los-maestros-de-amor-y-sabiduria/delmaestroeltibetano-djwhalkhul
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