Los pechos de la mujer son órganos glandulares. Están recorridos por redes de vasos linfáticos unidos a los ganglios linfáticos situados en las axilas y la base del cuello.
La función de los pechos es producir leche materna, pero desempeñan también un papel atractivo indiscutible en la sexualidad. Una mujer que se siente bien en su “piel de mujer” se mantiene erguida, con el busto hacia delante.
El término utilizado corrientemente en medicina, mama (del latín mamma) simboliza maternidad y la capacidad de proporcionar alimento, la manera de “amamantar o nutrir”. Al mamar el niño sacia su hambre y su necesidad de afecto, por lo que no es de extrañar que de adulto continúe buscando el amor en los pechos, algo que naturalmente también se aplica a las mujeres. El fetichismo con los pechos puede esconder un nudo incestuoso en el caso de los hombres, que buscan satisfacer sus necesidades emocionales por encima de la satisfacción genital.
En las niñas, los pechos crecen en la pubertad, bajo el efecto de los estrógenos fabricados por los ovarios. Las mujeres que producen demasiados estrógenos tienen pechos sensibles, dolorosos y problemas de hígado (encargado de eliminar los estrógenos y que si irrita si se producen en exceso). Generalmente, los pechos están más sensibles los días de ovulación y si esta sensibilidad se hace extensible a los demás días del ciclo, hay indicios de un problema hormonal.
El pecho simboliza la relación con la madre, el amor, el sustento y la protección maternal. Una memoria de estrés afectivo, puede desarrollar quistes y tumores.
Problemas frecuentes
-Freno en el desarrollo mamario: el vello púbico se puede ocultar, la regla también, pero los pechos no hay donde esconderlos. Cuando la adolescente no acepta su feminidad y ya no es posible ocultar esa silueta de senos que va aumentando de tamaño cada día, el cuerpo recibe la orden y se detiene el desarrollo de los pechos. El nudo homosexual del padre, los celos maternos, el abuso sexual infantil, o la prohibición del desarrollo del ego libidinal a favor del ego intelectual, pueden estar en la raíz de este rechazo al desarrollo de los pechos en la adolescente.
-Congestión: frecuentemente por el uso de prendas íntimas demasiado ajustadas.
-Quistes y tumores: las huellas de la herida del desamparo materno, cristaliza en un tumor mamario cuando una situación vital de soledad lo desencadena.
-Cáncer de mama, es el más habitual y el que mayor temor provoca. Suele ser el símbolo de un problema no resuelto de maternidad, erotismo o relación. Puede comenzar después de un profundo pesar, que la mujer no admite ante sí misma en todo su alcance. Se siente enfadada y dolida pero no lo expresa libremente sino que lo conserva en su pecho hasta que termina convirtiéndose en un cáncer.
A nivel mitológico, las amazonas se amputaban el pecho derecho para “tensar mejor el arco” y ser iguales a los hombres en ese lado. Renunciando a una parte de su feminidad, que percibían se había convertido en un estorbo en ese momento de sus vidas.
También puede manifestarse cuando la mujer no sigue su propio camino o se ha apartado de él, en definitiva, tiene miedo de vivir según su propia conciencia. Por ejemplo, algunos estudios indican que el índice de cáncer de mama en las monjas es muy elevado. Tal vez porque algunas utilizan el convento como forma de huir del mundo y en otros casos después de pérdida la vocación no se atreven a realizar un cambio de vida.
-Secreciones fuera del periodo de lactancia: simboliza el deseo de maternidad frustrado.
-Un pecho más grande que otro: se debe a escoliosis o desequilibrio lateral del desarrollo del tórax, lo cual indica una inclinación al padre o a la madre, al tiempo que un alejamiento del contrario.
-Mastitis y otros problemas del pecho durante la lactancia: simbolizan conflictos con la nueva maternidad.
-Complejos por el tamaño de los pechos: La época histórica, la moda de cada temporada o la zona geográfica donde nos situemos marca un estereotipo ideal en el tamaño de los senos. Aún cuando las funciones de lactancia y de dar placer sexual a una misma y a al pareja no están relacionadas con la talla de sujetador, la obsesión por sobrepasar esas medidas, o no llegar a ellas, puede causar conflictos psicológicos que desemboquen en timidez patológica, agresividad, celos o en el mismo quirófano.
La sanación creativa del pecho parará por cuestionarnos:
*¿Qué es lo que nos impide dar, nutrir al otro y en definitiva amarlo?
*¿Por qué rechazamos la feminidad ahora o en el pasado?
*¿Qué nos faltó de nuestra madre?
*¿Qué temo de la maternidad?
Si detrás de cada enfermedad hay una prohibición, como nos dice Alejandro Jodorowsky, debemos primero y si es que procede, romper los contratos adquiridos con el árbol genealógico y/o reparar la relación con la madre o con el padre, si es necesario mediante la confrontación con una, el otro, o con ambos, y a continuación, darnos los permisos necesarios para amar con libertad y ser lo que realmente somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario